LANZAMIENTO LUZ RABIOSA


El pasado 30 de noviembre fue lanzado en Santiago el libro de poemas “Luz Rabiosa”, del escritor angelino Rafael Rubio. Anteriormente había publicado “Arbolando” (1998) y “Madrugador Tardío” (2000). El acto se realizó en el Observatorio de Lastarria, aledaño al Cerro Santa Lucía, y contó con un gran número de asistentes. El autor estuvo acompañado por su familia y por un grupo de amigos que viajaron desde Los Ángeles. Este libro es el primero del sello editorial “Camino del Ciego” y su editor es Cristian Fuica, destacado artista plástico de Los Angeles, quien además actuó como maestro de ceremonias en el lanzamiento.


La presentación del libro estuvo a cargo de los connotados escritores capitalinos Raúl Zurita y Armando Roa Vial.


Raúl Zurita se expresó, en lo principal, con los siguientes términos acerca del poemario, “Luz Rabiosa”: La primera característica de esta poesía es su absoluta potencia, es una potencia que se impone incluso antes de cualquier análisis y antes del asombro de una técnica proverbial y lo otro es llevar la escritura a sus máximos presupuestos, a sus máximos extremos; lo que es una característica de la gran poesía. El primer tema es la muerte del padre, que nos habla de una radical orfandad en el Chile post dictadura y es una respuesta de un dramatismo inconmensurable. El otro tema es la muerte (a secas), no hay una obra en la poesía chilena que haya llevado a la profundidad y tumefacción como a la que nos ha llevado la obra de Rafael Rubio. Existen poemas como “Sólo la Muerte” de Pablo Neruda y los “Sonetos de la Muerte” de Gabriela Mistral, pero no existe un libro completo como éste acerca del tema. Al utilizar las formas consagradas por la poesía, “Luz Rabiosa” inventa sus precursores y crea un nuevo pasado: Garcilaso, Lope, Quevedo, Góngora, ya no serán los mismos. La poesía de Rubio le da un nuevo sentido a ese metatexto que son todos los poemas escritos en nuestro idioma. Es una lectura del hecho de la lengua, de la consistencia del idioma. Hasta aquí las palabras de Raúl Zurita.


Armando Roa, por su parte, en lo medular, dijo lo siguiente en su presentación: Escribir una elegía no es un arte cualquiera, debe merecer, dice el poeta, el prestigio de la muerte o la inclusión gozosa y dolorosa en el canon de la nueva poesía española. Es, en suma, la escritura de quien ha sido tragado por la victoria de la muerte en la vida y quiere, al menos, la victoria en el poema, que “la muerte muera en el poema”. Ataca con el estilete del verbo, preparado para el asalto final. Así Rafael, en cada texto de “Luz Rabiosa”, sale al ruedo de la palabra como lo hacen los diestros ante la embestida del toro: con oficio y sin sosiego, coqueteando y esquivando la embestida del toro. Rafael reta a duelo la muerte en el poema, su única arma es la palabra al servicio de la memoria, pues la memoria restituye lo que ha sido tronchado, aunque sea una restitución aparente. Rafael encara la muerte en una doble dimensión: la muerte de los otros, con la figura del padre y el abuelo, y la muerte de sí mismo. Aquí accedemos con una perspectiva dialéctica. La muerte de sí mismo o muerte personal es presencia – ausente, algo que indefectiblemente sucederá y no se sabe cuándo: “me he venido muriendo desde que me conozco”. Y, por otro lado, la muerte de los otros es una ausencia–presente, algo que ya ha ocurrido, pero que sigue mordiéndonos, provocando dolor.


Estos fueron los acápites principales de la intervención del escritor Armando Roa. Como tercera parte y final del lanzamiento, estuvo la lectura, por parte de Rafael Rubio, de una selección de poemas contenidos en su nuevo libro. Ellos fueron: “Oración de Gracias”, “Primera Elegía”, “Tercera Elegía”, “El Arte de la Elegía”, “Misa I”, “Villanela” y “Epílogo”.


Al término de su lectura, el autor fue largamente aplaudido por el numeroso público asistente, lo cual constituyó el tributo y homenaje a quien se destaca como una de las principales figuras de la nueva poesía chilena. Un escritor que a sus 32 años entra definitivamente a su madurez poética, mostrándonos, en esta obra presentada, a través del dolor y el desgarro, un singular registro poético y metafísico de la situación más límite que enfrenta el ser humano: la muerte.


Para terminar, el breve poema “Epílogo” de nuestro autor, que constituye un oxímoron, al igual que el título del libro: “EL VALLE ESTABA ARRIBA/ EL CIELO ESTABA ABAJO/ Levitar era bajar del valle al cielo,/ Padre puro:/ adentro de lo oscuro hay una luz rabiosa./ Afuera están gritando que no hay Dios”.


Julio Cid Báez

FUENTE :http://www.diariolatribuna.cl/noticias.php?p_id=10410




RAFAEL RUBIO


VIDA Y TRAYECTORIA Licenciado en letras con mención en Lingüística y literaturas hispánicas en la PUC. Magíster en letras mención literatura. Actualmente termina su tesis titulada “Plagio, parodia y pastiche en poetas chilenos contemporáneos”, para obtener el grado de doctor en literatura en la misma casa de estudios. Ha trabajado como académico en algunas universidades y ha dirigido talleres de creación. Sus publicaciones individuales son: Arbolando (1998) y Madrugador tardío (2000). Parte de su producción ha sido incluida en antologías de poesía chilena joven. Entre ellas: 22 voces de la novísima poesía chilena (Editorial Tiempo Nuevo), 25 poetas, 25 años Poesía para el siglo XXI (DIBAM), Yo no me callo (Editorial Los Andes), Antología de la poesía chilena joven (Editorial Universitaria), Cantares, Nuevas voces de la poesía chilena (LOM), Estación verso (Municipalidad de Los Ángeles). Fue seleccionado en 1994 para integrar el taller de poesía de la Fundación Pablo Neruda y, posteriormente, participa en el taller de poesía de la Biblioteca Nacional, durante los años 1997 y 1998. Ha obtenido premios de creación literaria, como el primer lugar en el concurso de poesía organizado por la FEUC en 1996; el primer lugar en el concurso de poesía joven “Yo no me callo” (1997); mención honrosa en los juegos literarios Gabriela Mistral de la Municipalidad de Santiago, categoría juvenil (1997); el premio de poesía joven Armando Rubio (2001).

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